La esquizofrenia es una enfermedad mental crónica con síntomas complejos que varían desde los pensamientos o habla desordenados hasta alucinaciones complejas, es decir, que involucras a mas de uno de los sentidos. La causa parece ser igual de compleja a sus variadas presentaciones clínicas, ya que se considera que es una combinación de factores físicos, psicológicos, medioambientales y genéticos. Un grupo de investigadores decidieron enfocarse en el ámbito genético de la enfermedad, y descubrieron que se encuentra asociado a tres cambios cruciales en el cerebro.
El estudio publicado en el Nature Neuroscience journal, hizo la relación entre estas tres características que antes se consideraban como aisladas de la enfermedad. Esta nueva visión con bases mucho mas moleculares de la enfermedad representa una luz de esperanza para el desarrollo de nuevos tratamientos que estén muco mas enfocados a las causas primarias del trastorno en vez de tratar únicamente los síntomas del mismo.
Los investigadores decidieron investigar como un gen, Arp2/3, contribuía a la formación de los trastornos psiquiátricos. Escogieron este gen en particular ya que es conocido por ser importante para manejar y controlar las conexiones interneuronales (sinapsis) y también se ha visto relacionada con otras enfermedades mentales varias. Las investigaciones iniciaron con modificaciones genéticas en ratones para que no presentaras dicho gen.
Sorprendentemente, los ratones modificados genéticamente desarrollaron comportamientos similares a los de los pacientes que padecen esquizofrenia. Inclusa, como sucede en los humanos, descubrieron que en los ratones, la sintomatología iba empeorando con el tiempo sin el uso de medicamentos antipsicóticos, pero cuando los recibían, algunos de los animales parecían disminuir notoriamente su comportamiento anormal.
Cuando el equipo decidió investigar si habian cambio físicos o químicos en el cerebro, que estuvieran asociados a los cambios comportamentales que habian presentado los ratones modificados, descubrieron que estos, presentaron tres cambios anormales en el cerebro, que también aparecen en los humanos con esquizofrenia.
El primer cambio evidenciado fue en el área frontal del cerebro, el cual es considerado de las últimas adquisiciones filogenéticas, ya que es el encargado de la planeación y la toma de decisiones. Aquí, encontraron que las neuronas presentaban menos espinas dendríticas que en una persona sana.
El segundo hallazgo, que coincidía con los hallazgos en pacientes esquizofrénicos, consistió en neuronas hyperactivas, también presentes en el área frontal del cerebro. Originalmente se creía que las neuronas hiperactivas era incompatibles con el hallazgo anterior de la disminución de dendritas, aun así, las neuronas de los ratones modificados, fueron capaces de traspasar las espinas dendríticas, lo que funciona como un filtro para mantener las neuronas hiperactivas controladas.
Una tercera alteración consiste en que demasiada dopamina en el cerebro se presenta en la esquizofrenia. Este hecho fue respaldado por el hecho de que el haloperidol, medicamento utilizado frecuentemete en la esquizofrenia, funciona bloqueando la transmisión de la dopamina. Los investigadores encontraron que las neuronas hiperactivas en el lóbulo frontal de los ratones hacen que se pierdan grandes cantidades de dopamina.
Con el haloperidol actuando como uno de los principales tratamientos para ayudar a aliviar los síntomas de la esquizofrenia, reduciendo la cantidad de dopamina en el cerebro, esta nueva investigación, apunta a que en vez de que el exceso de dopamina sea la causa de la enfermedad, es mas bien una consecuencia de una serie de defectos.
Se espera que estos nuevos hallazgos puedan llevar al desarrollo de nuevos tratamientos para interrumpir la cascada, antes de que esta logr manifestarse en síntomas psiquiátricos debilitantes.
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